sábado, 9 de febrero de 2013

A la derecha de la generación ni-ni

Los datos de desempleo juvenil en la Comunidad de Madrid -al igual que en el resto de España- siguen siendo alarmantes. De nada sirve la disculpa de la consejera de Empleo al preguntar a los diputados de la Asamblea de Madrid si alguien cree que ella está contenta con los datos del paro. La respuesta, valiente y contundente, por parte de Tania Sánchez se merece al menos una reflexión por parte de aquellos que insisten en afirmar que todos los políticos son iguales. Esta diputada, desde luego, no lo es.
Para mí, que no es una cuestión de estar contentos o descontentos. Para mí, los datos del paro lo único que nos pueden traer es vergüenza. A mí me da vergüenza lo que han hecho ustedes en esta región.
Y eso les convierte, señora consejera, en la generación ni-ni. La generación ni-ni no son los jóvenes que no encuentran empleo a pesar de estar altamente dotados; la generación ni-ni no son aquellos que no pueden estudiar porque ustedes les han subido las tasas. La verdadera generación ni-ni en este país son ustedes: gobernantes que no tienen ni vergüenza de ver a los jóvenes huir emigrando, ni pudor en llevarse el dinero de este país a Suiza. 
¿No les da vergüenza? Pues debería dársela: vergüenza al escudarse en estadísticas y en crisis ajenas, en motivos que no tienen que ver, en números al fin y al cabo para no mirar a los ojos de los jóvenes; vergüenza por no reconocer que son ustedes los responsables de un modelo económico basado en la burbuja inmobiliaria que sólo nos podía traer esta situación: paro juvenil, precariedad, deuda familiar. Eso sí, una buena banca hinchada cuya deuda ha sido traspasada al Estado y nos sitúa en una situación insostenible. Vergüenza también porque hablan de mercado libre y sólo han gestionado un capitalismo de amiguetes, expoliando lo público -como llevamos viendo en todo el pleno-, engordando cuentas de resultados de cuatro empresarios muy concretos -uno de ellos, por suerte, ya en la cárcel-. Eso sí, empresarios generosos en las donaciones que ahora parece ser que son como la Santa Compaña: nunca las veremos, y como las meigas, que haberlas haylas. 
Por último, vergüenza les debería dar por hacernos creer que la solución al paro juvenil se llama Eurovegas. Nadie en este país quiere dedicarse a tener la única salida económica en poner copas y cartas a los ricos de Europa, mientras nosotros somos la periferia. Y nadie en este país cree que ese proyecto sea la solución y que sea gratuito para el sector público. Ustedes les dan incentivos fiscales escandalosos, bonificación de contratos precarios y facilidades para construir. Eso no es gratis, más bien parece un nuevo pelotazo. Lo que seguro no es, es la salida y la solución para el paro juvenil.



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